martes, 25 de noviembre de 2008

Un inusual día

Era un día normal, como cualquier otro. Yo me levanté, desayuné, me vestí y me fui directamente a trabajar, eso sí, sin antes olvidar comprar el matutino periódico. Llegué veinticinco minutos antes de lo habitual, por lo que no sabía qué hacer. Se me pasó por la cabeza alguna tontería, ya que no reparé en ello. Salí de mi seminario, y me fui a dar una vuelta por la calle hasta que empezase el horario laboral; las 07:15. Era feliz en mi trabajo, ya que trabajaba en lo que me gustaba, que no era otra cosa sino, impartir conocimientos a las nuevas generaciones de jóvenes que se preparaban para ser nuevos ecologistas; pues la asignatura que enseñaba era ecología y ciencias de la tierra y del medio ambiente. No así, no era dar clase lo que más me gustaba, yo prefería saltar directamente a la acción, como miembro de Greenpeace que era, entre otras asociaciones.
También trabajaba en otros grupos a parte de Greenpeace, como lo eran aquellas organizaciones que servían en la lucha contra el hambre, la pobreza, las enfermedades… mis amigos, solían llamarme ‘verdes’, por lo que hacía y/o representaba.
Finalmente, llegó la hora de empezar mi trabajo del día, que por cierto, empezaba una hora antes. El motivo de este cambio de hora era solo para aquel día, ya que tenía que organizar el examen final, con el cual, decidiría que alumnos pasarían y quiénes no. Me lleve una gran decepción, ya que de sesenta y cuatro alumnos, sólo aprobaron dieciocho.
La aventura estaba a punto de empezar, debido a que tras la finalización de las clases universitarias, marcharía a Canadá, para allí luchar junto a los ‘verdes’ canadienses en favor de la naturaleza. Dicha aventura no había más que empezado, pues, lo peor estaría por suceder. Estando por aguas internacionales, nos sucedió algo similar a lo parecido con el Rainbow Warrior, solo que esta vez no sucedió por zonas francesas, ocurrió en aguas del vecino país capitalista, despótico, execrable y ‘fascista’ de Canadá, siendo este Estados Unidos.
Por fortuna, no todos nosotros perecimos en aquel trágico accidente (si así podría catalogarse, ya que fue un ataque anti-ecologista estadounidense), pues los más hábiles de nosotros, nos lanzamos al agua, por cuyo acto… sobreviviríamos.

Hodei

1 comentario:

Botikazarreko ikasleak dijo...

primerakoa hodei... Kanada onenetarikoa betiko!